miércoles, 21 de enero de 2009


A mis soledades voy.

En mi soledad estoy
y en mi soledad me angustio
y canto solo de miedo
y el eco me sigue a dúo.

Porque existe un padre corto
-y debe existir mas de uno-
¿deberé morirme yo
morirme o volverme estupido?

Ningún mortal ha creado
lo que soy, poco o mucho:
hay un solo Padre Eterno
los demás son... latifundios...

"Desensillar -como dicen- hasta que aclare Juan Rubio".
Mejor dormir o cantar
que caminar en lo oscuro.

No se puede vivir hoy
sin deporte, y sin el gusto
del riesgo y de la aventura
y del humor y del humo.

POruqe en el mundo que corre
hay un toro suelto y bruto
que ha saltado la barera
y hay que torear el absurdo.

Parezco una mujer, pero una
muje es peor que un mulo
acerca de ciertas cosas
que ella solo ve -o ninguno.

La verdad es pegadora
aunque su conchavo es duro
defender las cosas que hizo
Dios, es su programa único.

Déme Dios la gracia de
sucumbir bien si sucumbo...
si él quiere librarme, Él sabe
y me librara a lo brujo.

Cristo cayó bajo el leño
no gallardo pero puro
no se revolco, no dio
coces, no lanzó rebuznos.

El mundo es ancho. La vida
es tenaz. Dios es profundo.
La maldad, la tonteria
son falsas reinas del mundo.

Al cabo de siete años
lo que el hombre ha dicho es nulo
y a las siete veces siete
todos quedamos desnudos.

He escrito en mi testamento
que pongan en mi sepulcro:
"Este ha amado la verdad como un niño como un burro. Naturalmente no fue César ni Creso ni Lúculo... y le dieron prestamente permiso de ser difunto".

Pero la verdad un día
pondra una flor en mi túmulo.
Todo pasa. El alma queda.
Este es el asunto.


Manresa, 1 de febrero de 1949.


R.P. Leonardo Castellani








Extraido de "El libro de las oraciones", Ed Dictio, 1978, Bs. As., pag.293.

Digitalizado por L.H.





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